Ya hacía más de tres años que el Dr. Favaloro tenía problemas para cobrar a sus acreedores. Adjuntamos una carta escrita hace tres años por él.
De Favaloro a Alderete
Buenos Aires, 14 de agosto de 1997
Sr. Víctor Alderete
Presidente del Directorio dePAMI
Presente
Señor Alderete:
Realmente no sé cómo empezar estas líneas. Tal como ocurre cada vez que un nuevo funcionario se hace cargo de PAMI, su llegada renovó nuestras esperanzas. Desafortunadamente comprobamos que para nosotros todo sigue igual, a lo que se suma su actitud del pasado miércoles 6 de agosto, que ya es muy difícil de justificar.
En nuestra última entrevista le entregué una carpeta que resume el estado actual de la deuda de PAMI. Ese día debí esperarlo casi una hora. Usted llegó muy cansado.
Su respuesta fue: “En dos o tres días le contesto”. Esperé y esperé, hasta el día 6 en que lo llamé por teléfono. Respondió a mi llamado después de varios minutos de silencio y me dijo: “Déjeme ver qué han hecho mis colaboradores. Lo llamo en unos minutos”. Al no responder, volví a llamar. Una de sus secretarias me contestó: “Lo llama en cinco minutos”. Nunca volvió a comunicarse. Esto demuestra una falta absoluta de responsabilidad y hasta de cortesía. Creo que al menos merezco respeto. Usted no lo ha tenido.
Desde nuestra primera conversación le manifesté que la única razón de nuestra deuda incobrable ha sido que nunca hemos dado un solo peso de retorno. En varias ocasiones le han sugerido a mis colaboradores: “Si ustedes quieren cobrar en 24 o 48 horas hay que “ponerse”: la primera vez con 30%, la segunda con 18%”.
La Fundación ha cumplido con los jubilados. Todavía hoy los atendemos como corresponde si llegan con urgencias cardiovasculares a la guardia, sin distinción de pelo ni marca, conscientes de que después será muy difícil cobrar.
Le adjunto mi curriculum vitae. Pierda unos minutos en leerlo. Pues bien, este buen señor, que algo representa en la cardiología y cirugía cardiovascular mundial, ha dedicado estos últimos largos 26 años a la asistencia, la docencia y la investigación aquí en la Argentina, desechando las innumerables ofertas del extranjero.
Por su compromiso social ha brindado sus servicios a todos los estratos sociales.
Sin embargo, en estos últimos años su función principal ha sido la de “pordiosero mendicante”. Así me siento cada vez que, por ejemplo, entro en ese edificio de PAMI, corrupto hasta sus cimientos, corrupción que se desparrama por todo el país en cada una de sus filiales.
Usted recibió copia de un proyecto para la atención de las enfermedades cardiovasculares, elaborado por el Colegio de Cardiología y Cirugía Cardiovascular y los cardiólogos intervencionistas, que habíamos presentado a interventores anteriores. También se envió una copia al Banco Mundial. ¡Mutis por el foro! La aplicación de ese sistema terminaba con la corrupción; debe de haber sido la causa principal de su “no consideración”.
Señor Alderete, usted me ha decepcionado, como los interventores anteriores. Es uno más de los que componen lo que yo definí hace tiempo como “el sistema”: hasta que no se rompa, el país seguirá su curso histórico como lo viene haciendo desde lejos. Mientras tanto, a sufrir.
Ha llegado el momento de pensar seriamente qué camino alternativo debemos seguir los que componemos la Fundación. Quizá corresponda suspender los servicios completamente e iniciar acciones judiciales. No lo tome como una amenaza, pero debemos hacer algo ante tanta indiferencia e incomprensión.
Atentamente Dr. René G. Favaloro
Pregunta: ¿acaso no es el Dr. Favaloro otro muerto màs por la maldita corrupciòn?