martes, 15 de julio de 2008

SARMIENTO Y LA CENSURA


SARMIENTO Y LA CENSURA

“He querido, Sr. Presidente, que la barra me oiga una vez, que vea toda la Libertad de que soy capaz. Y es una pérdida para el país que ustedes encadenen y humillen y vejen a este espíritu que ha vivido 60 años, duro contra todas las dificultades; que ha sufrido la tiranía, que ha sufrido la pobreza que ustedes no conocen, y las aflicciones que puede pasar un hombre que no sabía en la escuela sino leer y que desde entonces viene abriéndose camino con el trabajo, la honradez y el coraje de desafiar las dificultades” (Obras”, T° XIX, pág. 264)"

Parte del discurso pronunciado en el Senado de la Nación Argentina el día 8 de Junio de 1875 cuando fue insultado por sus pares y parte del público asistente.-

SARMIENTO Y LAS CALLES DE BUENOS AIRES








SARMIENTO Y LAS CALLES DE BUENOS AIRES


“Las calles de Buenos Aires están llenas de mendigos que vienen a ejercer su profesión de limosneros, y no se crea que es un acto voluntario de esos inmigrantes, porque si la Europa pudiera lanzarnos 100.000 miserables, nos los lanzaría”.-

Publicado en “El Profeta de las Pampas” de Ricardo Rojas, pág. 642.-


LA PRENSA LIBRE Y SARMIENTO

“Y en la época de su vejez (1882), definía así la prensa argentina, que fue su instrumento de acción:

“En política y gobierno nada hay argentino entre nosotros, si no es la tendencia al despotismo, y la prensa libre.-

El Pueblo empuja al arbitrario, la prensa lo contiene ilustrándolo.-

Si nuestra Constitución es un programa de Libertad, nuestra prensa diaria es la única Libertad indisputada que poseemos.-

Para ser escritor en la prensa es preciso haber ceñido la espada del guerrero, conservar toda su vida el cilicio del monje; no aspirar a comer sino el pan seco del soldado, y no recibir mendrugos del Poder, que suelen a veces contener estricnina. De manera que para escribir con éxito para el Pueblo argentino, es preciso ser tenido por patriota honrado, no haber doblado la rodilla ante ninguna de las estatuas de oro con pies de arcilla que el Pueblo se forma y haberse mantenido sereno en la cueva de los leones, como Daniel” (“Obras”, T° XLVI, pág. 62)”.-

Publicado en “El Profeta de las Pampas” de Ricardo Rojas, pág. 717.-