martes, 16 de octubre de 2007

NUESTRA JUSTICIA Y EL MUNDO

Cierta Justicia que “padecemos” y observamos todos los días, Abogados y Ciudadanos, lejos está de ser la real JUSTICIA que necesita y a la cual aspira la Ciudadanía Argentina.-

Las encuestas que se han realizado en los últimos años demuestran acabada y fehacientemente lo que afirmo.-

El comentario al Reporte Anual 2006-2007 del Foro Económico Mundial realizado en la nota de la periodista Sra. Laura Ferrarese publicada en el diario “La Nación del 28-01-2007, Suplemento “Economía y Negocios”, pàg. 1, con relación al tema Justicia Argentina dice:

“El paìs comparte la pobre calificación con Repùblica Dominicana, Nigeria, Nepal, Burundi, Camboya y Filipinas, entre otros” .-

El Banco Mundial nos ha refrescado hace años a los Argentinos este concepto derivado de la "alta corrupciòn judicial" y las influencias de ciertos “lobbies” o personajes en los funcionarios judiciales que padecemos en la actualidad:

“Febrero 07, 2000. El Banco Mundial recomendó a Argentina poner coto a la "alta" corrupción judicial. El Banco Mundial solicitó a la Argentina poner en marcha planes para luchar contra la «alta» corrupción en el área judicial y alertó sobre «el riesgo social» que existe a causa de «una creciente desigualdad en la distribución del ingreso». Los puntos forman parte de un amplio programa «indicativo», presentado por el Banco Mundial al presidente Fernando De la Rϊa en diciembre pasado, que propone una serie de reformas laborales, judiciales y sociales. En el caso del área judicial, aseguró que «la corrupción es percibida como uno de los problemas de los tribunales argentinos. El uso de influencias personales es visto como una práctica común».

¿Nos debemos resignar a tal lamentable, deplorable y vergonzante situación de cierta Justicia Argentina?

¿Acaso no se denigra el decoro o la investidura de la Ciudadanía Argentina ante la Comunidad Internacional como consecuencia de semejante desbarajuste moral dentro de unos de los Poderes del Estado?

¿Acaso no se logra con tal cuadro de situación la desconfianza de la Ciudadanía en sus Autoridades Judiciales?

¿Acaso no se logra que dicha carencia absoluta de confianza en un sistema judicial provoque la falta de inversiones en la economía de un País, y por consiguiente la caída del nivel de vida de sus Ciudadanos?

Entonces me pregunto: ¿qué debemos privilegiar: el supuesto decoro o la investidura de Magistrados que omiten cumplir con su deber o el Derecho de crítica de los Ciudadanos a tal situación?

¿El cambalache o la Constitución?

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